Tal vez sí sean todos iguales.

-¿¡No lo ves!? ¡Pasa de ti, te ignora!
+Sí, sí lo veo.
-Y aun así sigues detras de él como una idiota.
+Lo sé. Pero no puedo hacer nada.
-Claro que puedes, y olvidarlo es la primera que tienes que hacer.
+Tú te crees que esto es un papel que se pueda romer y tirar a la basura para que te olvides de él al rato de haberlo tirado como si nada.
-Pues eso es lo ha hecho él contigo.
+Que él haya podido hacerlo, no significa que yo también pueda. Yo para él fui un juego. Él para mí fue más que eso.
-Y, ¿crees qué si vuelve no lo seguirás siendo? Para él sólo eres una muñeca a la que puede utilizar cuando quiera, por que sabe que estarás ahí para cuando él diga.
+¿Sabes? Sí. Tal vez me tenga ahí para todo lo que él quiera. Tal vez me pueda usar a su antojo por que, con sólo verlo, se me olvide todo lo que me ha hecho. Que tal vez, aun que pase de mí, yo seguiré siendo la misma estúpida que mire si está conectado cada dos por tres y la misma estúpida que caería una y otra vez en la misma trampa. Pero tal vez no sea así.
-Sigo insistiendo en que eres tonta, y en que al final me acabarás dando la razón.
+Puede que te la de, pero eso no hará que deje de quererlo.
-Pero te hará aprender y te hará darte cuenta de que todos son iguales.
+Él no es igual.
-Él es igual que todos.
+Eso no lo sabes.
-A lo mejor tienes razón pero, al fin y al cabo, todos acaban siendo iguales.