Esa persona

Un día sin esperarlo llega una persona. Una persona que cambia todas tus expectativas, junto a tu forma de ver las cosas.
Todo cuanto creías que era verdad, da un giro de 180º y te das cuenta de lo ciega y equivocada que estabas con respecto a lo que realmente es la vida.
Llega esa persona que se gana tus sonrisas, tu confianza y tu cariño de una forma que nadie más ha sabido hacer. Se gana el derecho de ser ese "alguien" en tu vida; el derecho de ser ese escalofrío y esos nervios que te entran al oír su nombre.
Día a día te demuestra que no solo es un camino pasajero, sino que su intención es permanecer por mucho tiempo junto a ti, aguantando malos y buenos momentos, pero sobre todo malos. Te muestra que está dispuesto a aguantar lo inaguantable por poder seguir en tu vida y, aun que sea duro, esa persona lo va a hacer.
Y eso, quieras o no, te hace sentir vivo; capaz de comerte el mundo. Pues esa persona te da las fuerzas suficientes para poder hacerlo. Su apoyo incondicional, sus ánimos y palabras de aliento son lo que te hacen querer avanzar cada día y crecer como persona. Porque aun que tengas un mal día y todo lo veas gris, él lo pinta de colores con un simple abrazo.

Sí, he dicho él. Porque en mi caso solo es él esa persona especial que me trae alegría cuando lo único que puedo ver son desgracias. Es él la persona que me anima en los malos momentos sabiendo como sacarme una sonrisa de la manera más tonta y bonita que se puede imaginar. Y puede que para el resto del mundo no sea perfecto, pero para mí no es solo perfecto, es todo lo que quiero en mi vida.
Todo lo que él hace por mí cuando lo necesito, lo haría yo con los ojos cerrados, porque no he conocido a nadie más así.
Por eso mismo le doy las gracias, no solo por estar conmigo, sino por ser la persona que es y por haber conseguido hacer que me convirtiera en lo que hoy día soy.